Ha llegado el momento de desconectar de tu clínica.
Lo necesitas.
No es opcional.
Porque, además de ofrecer la mejor atención a tus pacientes, llevas meses adaptándote a las nuevas tecnologías.
Han llegado para hacerte la vida más fácil pero, al mismo tiempo, tienen una capacidad de cambio extraordinaria.
Y eso te obliga a aprender y adaptarte constantemente a las últimas tendencias.
Y cada día hay más competencia.
Y tu higienista más experimentada, tu mano derecha, se traslada a vivir a otra ciudad, y eso coincide con que tu recepcionista acaba de tener un bebé.
Mientras, tu asesor te comenta que empiezas a tener algunos problemas de liquidez y te invita a hacer algunos cambios y ajustes que no tenías previstos.
Y los implantes para la cirugía de mañana que todavía no han llegado porque ha habido una rotura de stock…
Estrés.
Y muchas preocupaciones.
Que a su vez conllevan falta de sueño y de ejercicio, y tiempo suficiente para desconectar.
¿El resultado?
Cansancio, fatiga, y muchas decisiones equivocadas.
Y todos sabemos lo que eso significa para una clínica.
Por eso, cuando llegan las vacaciones hay que saber desconectar.
¿Desconectar?
Sé que parece imposible e incluso contraproducente: ¿y si hay una emergencia? ¿O si realmente me necesitan?
Cierto.
No todo es tan fácil.
Por eso te propongo lo siguiente:
1. Suelta las riendas de la clínica.
Difícil, muy difícil.
Confiar en otros profesionales cuando se trata de tu propio negocio es como subir al Everest y volver a bajar.
Requiere un esfuerzo casi inhumano.
¿Te parece exagerado?
Un poco, lo admito, pero lo que vengo a decir es que tienes que encontrar al equipo ideal y confiar en ellos.
Tú no puedes trabajar 24/7.
Ni aunque quisieses.
¿Solución?
Planifica.
Identifica funciones y nombra a una persona para que mantenga contacto contigo en caso de necesidad.
Déjalo todo programado y que no quede ningún cabo suelto.
2. Sácale el máximo partido a la tecnología.
Programa el Auto-Responder de tu gestor de correo electrónico para que informe a tus contactos de que no te encuentras disponible.
Otra opción es notificarles tu ausencia de antemano, y pedirles que no te envíen mensajes porque no vas a poder contestarlos.
Así, cuando vuelvas no vas a tener cientos de mensajes esperándote en tu bandeja de entrada.
Y luego tienes la opción más radical de todas:
Si sabes que no vas a poder alejarte del móvil, descárgate la app Digital Detox, sólo apta para Android.
Digital Detox te permite seleccionar el tiempo que quieras estar “No Disponible”.
El proceso es irreversible y sólo permite durante ese tiempo hacer llamadas de emergencia.
Pause funciona tanto para Android como para iOS e incluso te deja seleccionar qué actividad vas a realizar durante tu desconexión.
Y compartir la pausa con familiares y amigos (si se atreven 😉
3. Redefine el concepto “vacaciones”.
Perderse por el mundo durante un mes sin comprobar si en tu clínica está todo en orden puede no ser factible.
Sobre todo si la clínica permanece abierta durante ese tiempo.
¿Qué tal un viaje de 7 ó 10 días, manteniendo contacto con la clínica cada 3 ó 4 días?
¿A que te haría sentir mucho más tranquila?
Inténtalo.
Es cuestión de organización y fuerza de voluntad.
Despiértate una hora antes cada 3 días y responde a los emails que sean urgentes.
Y de nuevo, maticemos.
Hay que definir el concepto “urgente”.
Y es que la mayoría de los temas que nos parecen urgentes, en realidad no lo son.
Si puedes redirigir esa labor a alguien, hazlo.
Y si puede esperar, que espere.
Pocos asuntos requieren tu atención inmediata.
¿De acuerdo?
4. Asegúrate de respetar siempre tu tiempo “off”.
Es sagrado.
Porque aunque tengas que hacer esa llamada ocasional a la clínica o comprobar tus correos electrónicos cada 3 ó 4 días, el resto del tiempo debes ser capaz de desconectar y disfrutar de tus vacaciones.
Tanto tu cuerpo como tu mente te lo exigen.
Y, si no lo haces, te van a pasar factura más tarde.
Así que disfruta.
Procura encontrar pequeños placeres a tu alrededor para que cada día tenga su dosis de desconexión.
Verás como vuelves con mil ideas para tu clínica y con unas ganas incontenibles de mejorar.
*Si crees que este post puede ayudar a otros compañeros médicos u odontólogos, compártelo. Entre todos podemos mejorar la atención a nuestros pacientes.