5 Hábitos saludables para tu día a día en la clínica

 

Cuando tu paciente llega a tu clínica por primera vez, entra con muchas expectativas.

De entrada, espera que tus recepcionistas le presten una atención personalizada.

Que tu clínica esté equipada con la tecnología punta necesaria para recibir un tratamiento rápido e indoloro (o casi).

Y espera precios competitivos.

Pero tu paciente, además de esperar que su odontólogo luzca unos dientes alineados y relucientes, también asume que, como buen profesional de la salud, eres “la salud personificada”.

¡Y lo último que quieres es defraudarles!

O sea que tienes que dar buen ejemplo, pero lo tienes que hacer por dar buena imagen, y por ti mismo.

Porque tu salud no tiene precio.

Y porque sin un odontólogo sano, una clínica dental no va a ningún sitio.

Sí, ya sé.

¡Hay tanto por hacer! Pero recuerda:

Tú eres lo principal, y por eso quiero que sigas estos consejos día a día, para mantenerte sano, fuerte y feliz.

 

5 hábitos saludables para tu día a día en la clínica.

1. Desayuna.

Oblígate.

Desayuna dos veces si es necesario: antes y después de hacer tu ejercicio matutino.

Conviértelo en un ritual.

Sí, no me cabe duda. Con las prisas, es fácil olvidarse de sentarse a la mesa antes de salir de casa.

Pero si quieres empezar tu día con buen pie y tener vitalidad para afrontarlo, no puedes renunciar a la comida que los nutricionistas señalan como «la más importante del día».

El desayuno debe contener una tercera parte del total de las calorías consumidas en un día

y aportar los diferentes micro y macro nutrientes que hacen que tu cuerpo acumule reservas energéticas y «combustible» para el resto del día.

 

2. Practica ejercicio.

Cierto, pasas mucho tiempo trabajando y de un gabinete a otro.

Eso tendría que contar como ejercicio, ¿no?

Desde luego, es mucho más efectivo que trabajar en una oficina sentado todo el tiempo.

Pero es importante que encuentres un momento durante el día para practicar algún tipo de ejercicio que te permita desconectar del trabajo.

Afortunadamente, hoy en día hay muchísimos centros deportivos, entrenadores personales y gimnasios a nuestra disposición.

O sea, que cuando tu cuerpo te lo pida, coge la toalla, y ve al gimnasio.

¿Crees que no tienes tiempo para eso?

Seguro que sí. Puedes hacer ejercicio antes de empezar a trabajar, aprovechar el tiempo de la comida, o al terminar tu jornada.

¿No te gustan los gimnasios? No importa.

Puedes caminar, correr, practicar algún deporte con amigos, hacer yoga o pilates, etc.

Lo importante es mantener ese cuerpo fuerte y sano, y liberar estrés.

El cómo es lo de menos.

 

3. Corrige tu postura.

Cuando ejerces tu trabajo, tienes que mantener tus brazos elevados durante mucho tiempo.

Eso requiere una alta resistencia por parte de los músculos estabilizadores de la escápula (especialmente el trapecio medio e inferior).

Pero, ¿qué te voy a contar?

No me extrañaría en absoluto que ya sufrieses esos desequilibrios esqueleto-musculares tan específicos de la profesión.

Desafortunadamente, esas contracturas pueden acabar provocándote el síndrome de tensión del cuello, un trastorno diagnosticado con frecuencia entre los dentistas, y que incluye síntomas como dolor, sensibilidad y rigidez en el cuello y en la musculatura del hombro.

¿Qué medidas debes tomar para mantener tu salud musculoesquelética?

  • Intenta cambiar de postura con frecuencia y alternar posiciones sentadas y de pie.
  • Mantén los codos y la parte superior de los brazos cercanos al cuerpo.
  • No tenses los hombros mientras trabajas.
  • Utiliza soporte tanto sentado como de pie.
  • Intenta utilizar siempre equipo y herramientas no excesivamente pesadas.
  • Gestiona tu tiempo de manera que no coincidan dos o más sesiones largas de manera consecutiva.
  • Toma descansos breves pero frecuentes.

 

4. Bebe agua.

Ya, lo has oído mil veces.

De hecho, estás harto de oírlo.

¿Y entonces? ¿Dónde están esos ocho vasos de agua al día?

¡Espera! Porque igual te alegra saber que un estudio realizado en Australia hace algunos años, señalaba que esta recomendación había sido malinterpretada y que, en realidad, no es necesario tomar ocho vasos de agua cada día.

En el 2011, la doctora Margaret McCartney, médico general de Glasgow, también decidió indagar sobre el tema para concluir que «los ocho vasos de agua al día como algo necesario para la salud, es un mito. El agua de grifo es una buena bebida y debemos beber todo lo que deseamos o necesitemos cuando tenemos sed«.

Tu cuerpo es sabio. Bebe cuando tengas que beber, pero bebe.

Ya sean 8 vasos de agua, o 5 de agua, 2 de café y uno de zumo.

Mantente hidratado durante todo el día.

Eso es lo que cuenta.

 

5. Sonríe.

Entro en territorio algo arriesgado.

¿A quién se le ocurre recomendarle a un profesional de la odontología que sonría?

A mí 🙂

Es importante que sonrías, no solo para dar muestra de tu buen trabajo, sino porque cada vez hay más estudios que demuestran empíricamente el vínculo que hay entre una bonita sonrisa y la tendencia a hacer nuestro trabajo de manera más productiva y eficaz.

Parece ser que «regalar sonrisas»:

  • Te hace sentir más feliz.
  • Te ayuda a combatir el estrés de manera más efectiva.
  • Te ayuda a concentrarte mejor en tu trabajo.
  • Te aumenta la inmunidad porque liberas endorfinas.
  • Te hace parecer más joven.

Razones todas ellas suficientes como para que incorpores una sonrisa constante en tu trabajo.

¿Empiezas hoy a incorporar estos hábitos saludables para tu día a día?

Excelente decisión.

 

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